Miro y junto a mi estás tu.

Muy buenas, para darle la bienvenida al verano, el calor y las vacaciones vuelvo a escribir para que como de costumbre, intentar hacerles la vida o al menos el ratito de aburrimiento un poco mas ameno.

   Esta vez me gustaría contarles sobre un sentimiento que todos inevitablemente sentimos algunas veces durante nuestras vidas. Me refiero a la soledad, ese amargo sentimiento que tenemos cuando anhelamos la compañía de alguien o por el contrario no la tenemos.

   Muchas veces, cuando nos preguntamos si alguien pregunta por nosotros, si nos dedica algún pensamiento o si quizá desea vernos tendemos a sentirnos tristes. También nos sentimos así cuando una persona que apreciamos mucho por un motivo u otro se marcha de nuestro lado. Muchos son los motivos que hacen que nos sintamos solos pero querido lector, para vuestro bien y el mio puedo decir que para todos esos motivos hay un número equivalente de soluciones. ¿Cómo cual? Se preguntarán, pues ahí voy. Por ejemplo puedo decir que siempre como mínimo hay una persona que nos aprecia y que por muy idiotas lleguemos a ser, por mas grave error que cometamos, siempre (nótese la repetición del “siempre”) siempre nos querrán. Se de buena tinta que no sentirse así es imposible, pero lo que si puedo aconsejaros que cuando esteis tristes por asuntos como este, todas estas personas que nos rodean están con nosotros y en el caso de necesitarlo estarán ahí para sacarnos una sonrisa.

   Para finalizar, aprovecharé para dejarles una frase que me parece adecuada: “Todo lo bueno se acaba pronto pero lo malo tampoco es eterno.”

Gracias por dedicarme su tiempo.

A-Tom.